Padres e hijos en el mundo 2.0

Hoy me he hecho seguidora de las cuentas en twitter de mis hijos.

Hasta ahora y durante bastante tiempo, había leído de manera esporádica sus comentarios, con la finalidad de conocer un poco mejor sus preocupaciones diarias, evitando esa muletilla que tanto molesta en la adolescencia de "¿Cómo estás?".

Y hoy me he hecho seguidora únicamente para poder enviarles mensajes privados, que es la manera más segura de contactar con ellos cuando no están en casa. 

Al hacerlo me he dado cuenta de que estos "pequeños detalles" son, justamente, los que ponen de manifiesto la magnitud del cambio que está experimentando nuestra sociedad.


Mis chicos hace varios años... tan guapos!

Quiero decir, la comunicación entre las personas sigue siendo tan difícil como lo era hace 30 años, cuando internet no era ni siquiera una idea. La relación entre padres e hijos sigue teniendo las mismas complicaciones que ha tenido desde... ¿el paleolítico?  y, evidentemente, ni twitter ni facebook, ni youtube sustituirán a las actividades compartidas, a una charla cenando pizza o incluso a una buena pelea.

Pero, dicho todo lo anterior, todas estas herramientas permiten recopilar pistas, indicios, "miguitas de pan"..., echar breves vistazos al interior de nuestros hijos que nos ayuden a orientarnos y a orientarles. Y además abren la posibilidad de interactuar con ellos dentro de un grupo más amplio, fuera del contexto doméstico y de la dinámica binaria madre / hijo. 

Saber a quienes siguen tus hijos es una buena ayuda para detectar cuáles son sus intereses y sus aspiraciones, echar una ojeada a sus seguidores da un idea de cómo se integran en su grupo de amigos y lo que publican... no deja de ser parecido a verles jugar en el parque cuando eran pequeños. 

Una de las cosas que me ha alegrado mucho es comprobar que han aplicado algunas reglas acerca de la privacidad que tanto he insistido en inculcarles: no dar datos que permitan localizarles, no subir o etiquetar fotos que revelen su intimidad o la de sus amigos , evitar relacionarse con desconocidos y en general no publicar nada que después puedan lamentar...

Y por cierto, ahora que puedo enviarles mensajes privados, podré corregirles alguna falta de ortografía!

"I Won't Hire People Who Use Poor Grammar"    en
Harvard Business Reviwe

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