La buena educación
Estos días estoy de nuevo en una fase de cambio profesional, tras poco más de un año en un puesto que ha sido interesante, desafiante y muy, muy intenso. He aprendido muchas cosas, he podido aplicar otras que ya sabía y he hecho nuevas relaciones profesionales y personales que, espero, me durarán toda la vida. A la hora de cerrar las cajas para irme al próximo puesto, me reafirmo cada vez más en la misma idea: el mundo funciona porque la mayor parte de la gente, la mayor parte de las veces actúa bien , en el sentido moral de la palabra. Son las personas las que logran el éxito o determinan el fracaso de los proyectos. Un equipo funciona por el liderazgo de quienes lo dirigen y la contribución de todos los que lo integran. Y conseguir esa contribución con entusiasmo, con dedicación, con ganas, depende esencialmente de las cualidades humanas de todos y, fundamentalmente, de quienes dirigen. La vida no es una clase y el trabajo no es un aula. Un coeficiente i...