¿Despedimos enfermeras?

4 de marzo de 2014

Esta es la primera idea que se me ha venido a la cabeza después de leer hoy en twitter un comentario acerca de la necesidad de contar con ponentes especialistas en materia de tecnologías de la información y las comunicaciones "que fueran mujeres". Y además calificando esta petición como una demanda de "igualdad".

Yo, la verdad, hay días que dudo muy seriamente de que sea verdad eso de que el ser humano es racional. No es posible.

Vamos a ver ¿qué diría esa misma persona (o cualquiera de las que comparten ese punto de vista) si semejante reflexión fuera hecha para pedir que esos ponentes "fueran hombres"? incendiarían la red, pondrían el grito en el cielo, llamarían machista al autor del comentario, lo denunciarían ante los Tribunales y, si pudieran, lo emplumarían con brea.

Pues señores, si está mal pedir que para desempeñar cualquier actividad profesional se pidan hombres por el mero hecho de serlo ¿podría alguien explicarme por qué eso está bien cuando se trata de mujeres?

¿Por qué afirmar que la mayoría de los hombres son más hábiles que la mayoría de las mujeres orientándose es machista y afirmar que la mayoría de las mujeres son mejores comunicadoras que la mayoría de los hombres es guay, avanzado, igualitario y no sé cuántas cosas maravillosas más?

¿Me podría explicar algún listo de la discriminación positiva (que por cierto es como la energía negativa, algo que no existe) por qué si es bueno obligar a las empresas a que escojan mujeres para los puestos de administración sólo para tener el mismo % de ambos sexos no deberíamos, por las mismas, obligar a los hospitales a que escojan hombres para los puestos de enfermera, sólo para tener el mismo % de ambos sexos? 

¿Qué, señores míos, mientras esperamos a que el % de titulados varones en enfermería (16% en 2011 según el INE) se acerque al de mujeres, qué hacemos? ¿despedimos enfermeras?

Se están destruyendo los principios de mérito y capacidad en los que debe basarse el desempeño profesional. Y se está haciendo, alegremente, en nombre de una mal entendida "igualdad" que a las primeras que perjudica (entre muchas otras maneras con un paternalismo repugnante, que supone que somos incapaces de conseguir esos puestos por nosotras mismas) es a quienes pretende beneficiar, a las mujeres. Y cuanto más competentes mayor es el perjuicio causado. 

Los siguientes perjudicados son los hombres; y si los actuales adultos no nos preocupan "porque son machistas", a lo mejor debería preocuparnos qué mensaje estamos dando a nuestros hijos varones... ¿que ahora toca "la revancha"?

Yo paso. La única igualdad que quiero es la de que las leyes me reconozcan y la Justicia me garantice exactamente los mismos derechos que a cualquier otro ciudadano. Sea mujer u hombre.


"Che si puó fare" de Bárbara Strozzi  ...siempre se puede hacer algo!








Comentarios

  1. Muy buen post, Lucía, en el que creo que "debo darme por aludida".

    Yo creé también una lista de "mujeres ponentes" hace un par de meses. Te pongo en situación, en una jornada muy interesante sobre administración pública veo grandes y significativas ausencias en determinados temas. Y, sorprendemente, una gran presencia masculina.

    Contacté sutilmente preguntando por las ausencias y la respuesta fué "no conozco ninguna mujer que pueda hablar de esto". Para mí, la respuesta es clara, por la razón que sea, no estás viendo a gente valiosa que merece contar su trabajo.

    Más conversaciones con quien organizaba este tipo de "saraos" me confirma lo que todos sospechamos: muchos tiran de agenda y, por la razón que sea, no no tienen mujeres en su agenda. Eso, técnicamente, supone una medida de desigualdad tan fuerte o más como forzar su presencia.

    El organizador en cuestión "me retó" a que le nombrara mujeres que podrían estar ahí. Y eso hice, visibilizar grandes figuras que se estaban perdiendo.

    No es que haya que despedir enfermeras es que hay que permitir que hombres con capacidades, estudien enfermería. Pongo un ejemplo de mi casa muy claro, no hay ningún colegio en que los niños menores de 7 años muestren ninguna diferencia por sexo en competencias matemáticas o literarias. Sin embargo, en los talleres de 8 a 10 años de programación y literatura el sesgo por sexos es escandaloso. Siendo aún más acentuado en literatura (la presencia de niños es testimonial frente a las niñas).

    No sé qué estamos haciendo mal. O quizás sí si veo la información que están absorbiendo nuestros pequeños pero, estamos construyendo la desigualdad del futuro, Estamos diciendo a nuestras hijas que son estupendas enfermeras y a nuestros hijos que pueden ser grandes en el mundo de la tecnología de la información.

    La patata está en nuestro tejado. ¿Cúal debería ser la medida para frenar esa discriminación?

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    1. Lo que tú hiciste: buscar gente competente que, aparte, fuesen mujeres; como hubieras hecho si quiseras organizar un torneo de pádel con tus amigos: de entre tus amigos buscas a los que juegan al pádel, no le das la raqueta de pádel a cualquier amigo...
      Yo no niego el problema, por supuesto que las mujeres estamos discriminadas en muchos ámbitos y en muchos sentidos. Lo que niego es que la solución sea establecer una discriminación a la inversa.
      Creo que hay que estimular los modelos a imitar y creo que NUNCA se debe limitar a un niño en sus aspiraciones en función de su sexo. Pero también creo que no se puede forzar a un niño a que aspire a lo que nosotros quisiéramos...
      Y no lo estamos haciendo tan mal cuando las mujeres están ya en tantísimos sectores donde hace treinta años no se suponía y en muchos de ellos, como la medicina, en % superiores a los hombres (deberían los hombres reaccionar en contra de eso?)
      Gracias por comentar mi entrada!

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  2. Lucía,

    Tengo la sensación de que podríamos estar de acuerdo pero nos separan "etiquetas".

    A mí, personalmente, lo de esperar 30 años no me convence cuando estoy viendo en los actuales adolescentes conductas que retroceden en el tiempo. Y no sé si soy capaz de resignarme a no tener iguales oportunidades en mi vida. Y eso si hablamos en este campo. Evidentemente, en el racismo podemos pensar lo mismo. ¿Podríamos consolar a los inmigrantes que se ven rechazados en un trabajo animándoles a que en la tercera generación es posible que no sea así?

    Yo sí que creo que hay que reaccionar ante tantos por ciento extraños. Como te decía, si coges las clases de infantil no verás especiales habilidades que justifiquen que, veinte años más tarde, se decanten por titulaciones de forma tan marcada.

    Yo quiero que mi hijo juegue con lo que prefiera. Lo que no quiero es que se rían de él por jugar con muñecas o lleve u carro de bebé. Y eso ocurre. Y no de forma demasiado sutil. Eso es aplicable a lo que quiera ser en el futuro. Y sí, imagino un porcentaje de su entorno parpadeando si dijera que quiere ser enfermero. Algo que, no ocurriría de ninguna manera si se llamara Laura o Marta.

    Gracias a tí por responder.

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    1. Lamentablemente las personas no cambiamos de la noche a la mañana, lo cual NO quiere decir que yo abogue por conformarnos.
      De hecho mi postura es que las leyes tienen que ser clarísimas en este aspecto (como en cualquier otro que implique discriminación) y los Tribunales deben aplicarlas sin demoras, ni paliativos, ni excusas, a rajatabla.
      Pero las leyes tienen que velar por la igualdad estricta de derechos, no deben estar hechas para luchar contra los prejuicios a base de generar otras desigualdades.
      Mis hijos varones han jugado con lo que preferían: muñecas, coches y lo que han querido... y luego se han aficionado al fútbol como la mayor parte de sus compañeros de colegio... La sociedad está hecha de cosas que aprendemos y heredamos y de otras que vamos adquiriendo a lo largo de la vida: no podemos evitar que se rían de una niña o de un niño (por sus juguetes, por sus orejitas, por su forma de hablar...) pero sí podemos enseñar a los que se burlan que hay otras maneras de ser y al niño del que se burlan que la opinión de los demás no le define, ni le limita.. y esa tarea no desaparecerá nunca mientras el género humano sea como es.
      Gracias

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LEC

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